No permitas que mi ministerio sólo sea aprobado por los hombres,

Ni que meramente gane la estima y el afecto de las personas;
Realiza la obra de gracia en sus corazones,
Llama a tus elegidos, sella y edifica a los regenerados,
Y manda bendición eterna a las almas.
Sálvame de mi propia exaltación y del egoísmo;
Riega los corazones de los que escuchan tu Palabra,
Que la semilla sembrada en debilidad pueda levantarse en poder;
Haz que los que me escuchan y yo te contemplemos aquí a la luz de la fe especial,
Y luego en la llamarada de la gloria eterna;
Haz cada uno de mis sermones un medio de gracia para mí,
Y ayúdame a experimentar el poder de tu amor moribundo,porque tu sangre es bálsamo,
tu presencia bendición, tu sonrisa el cielo,tu cruz el lugar en donde se encuentran la verdad y la misericordia.
Mira las dudas y los desánimos de mi ministerio;
Te ruego perdón por mis múltiples pecados, omisiones, enfermedades,
Como hombre, como ministro;
Manda tu bendición sobre mis endebles e indignas labores,
Y sobre el mensaje de salvación dado;
Quédate con tu pueblo, y que tu presencia sea porción y la mía.
Cuando les predico a otros no permitas que mis palabras sean meramente elegantes y eruditas, mi razonamiento pulido y refinado,
Mi ejecución débil y desabrida,
Sino que te pueda exaltar y humillar a los pecadores.
Oh Señor de poder y gracia,
Todos los corazones están en tus manos,
Todos los acontecimientos a tu disposición,
Pon el sello de tu poderosa voluntad sobre mi ministerio.


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