Los adversarios de quienes son llamados están tanto dentro como fuera de la iglesia.

Adentro, están aquellos líderes, pastores y ministros que no tienen «discernimiento» para saber cuándo una persona es llamada o no, porque ellos mismos no viven una vida de oración delante de Dios. Adentro, una iglesia egoísta, fría, seca y vacía, que no entiende que la razón primordial de su existencia es apoyar a los que son llamados, para que alcancen el mundo para Cristo a través de los ministerios y dones que el Señor nos describe en Su Palabra.

Afuera están los «parientes» que no entienden el llamado de esa persona y la contrarían. Afuera están los «amigos» que tratan de alejar a esa persona que fue llamada de sus convicciones ministeriales. Afuera está el «trabajo», que ofrece tantas oportunidades y promociones a la persona llamada. Afuera está la «seguridad financiera», el «dinero» y la «riqueza» para el futuro, que lleva a la persona llamada a dudar de la Palabra de Dios y de la protección del Señor, porque Él suple.

Afuera está «la vida a ser disfrutada», los placeres de la carne, que llevan al que tiene vocación o llamamiento a apartarse del Señor. Afuera está «la vida sentimental», aquel novio o novia que no fue llamado o llamada, pero que interfiere y manipula los sentimientos de la persona que sí fue llamada. Afuera están los «estudios» que abrirán las «puertas» para que se transforme en «sabio» a los ojos de los hombres... Por eso el sabio Salomón escribió:

«Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad... Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento» (Ec. 11.9-10; 12.1).

PASTORES, ¡apoyen a sus jóvenes cuando fueren llamados! Líderes, ¡apoyen a sus jóvenes cuando les pidan consejos con relación a su llamado!
IGLESIA, ¡apoye a sus jóvenes sabiendo que ellos son el futuro de su generación! Jóvenes, ¡estén sumisos a los líderes y a los pastores en todo! «Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas» (He. 13.17).


Tomado del libro: ¡ heme aquí, SEÑOR, envíame a mí!

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