Estimados hermanos y amigos del portal de la Iglesia Latina, he decidido compartir con ustedes la carta que acabo de enviar a mi hijo que hace pocos días salió para el ministerio y se va a preparar en el Seminario para ser un siervo de Dios. Su deseo es ser un buen Pastor Músico de Jóvenes y estoy más que seguro que será de mucha bendición. Mi intención al compartir la carta es animar a todos aquellos Padres a que puedan decirle a sus hijos lo que sienten, lo que desean y a compartir la bendición de Dios. A quienes no tienen ese papá terrenal por alguna razón, quiero decirles que puedan leer esta carta como suya, estoy seguro que mi hijo sabrá compartir esto.

La carta: 

Hijo mío. (Fueron mis primeras palabras que pronuncié el día que te vi nacer) Esperé un poco para escribirte esta carta ya que sabía que antes de tu partida estabas muy estresado con los preparativos y durante el viaje y con la calurosa bienvenida que recibirías en Argentina, una carta como la mía te produciría tristeza, melancolía y eso no es lo que pretendo, más bien lo que deseo es que estas líneas te sean de bendición para tu vida. No te imaginas lo que hubiera deseado yo tener una carta así de mi padre, pero no tuvo él la oportunidad de escribirla ya que partió de este mundo antes que yo tuviera la oportunidad de volar de mi nido para enfrentar la vida. Yo tengo la oportunidad de escribírtela y quiero hacerlo.

No quiero llenarte de consejos como un padre que todo lo sabe y que es perfecto en todo. Vos sabés bien que no soy perfecto y que me he equivocado millones de veces, hay cosas de las cuales todavía no termino de aprender ni de vencer y otras que no sé cómo manejar, pero al menos de todo lo que yo he aprendido e n la lucha de la vida quiero, si es que puedo, ahorrarte parte de camino. Sé también que es necesario que vos emprendas tu camino y te equivoques y de ello aprendas, pero eso lo vivimos todos y es parte de la vida. Quiero que sepas que cada día voy a orar por vos, no importa en qué situación estas tienes que saber eso que no dejaré de hacerlo.

Escucha siempre la voz de Dios para tu vida, esta la vas encontrar en Biblia, aunque Dios habla de miles de formas y por medio de hombres también, la palabra de Dios será luz siempre cuando tengas dudas y si hay algo que te cuesta entender ve a la Palabra y en ella vas encontrar las respuestas a todo. Lee cada día un poco de ella y te aseguro que serás un hombre seguro y fuerte y aunque tengas que pasar por muchas dificultades vas a salir victorioso.

Quiero decirte que todo lo que tu madre y yo te aconsejemos lo hacemos para tu bien, deseamos que te vaya bien en todo, claro que seguramente pensamos en algunas cosas de forma distinta, pero recuerda siempre esto, nosotros no vamos nunca a dañarte con nuestros consejos ni tampoco vamos a poner trampas en tu camino, si en algo somos insistentes no lo deseches, guárdalo en tu corazón, medítalo a nosotros nos basta solo saber que lo meditarás.
Quiero recordarte que desde el día que naciste te entregamos al Señor para que el hiciera contigo un siervo de verdad y que te use para lo que él ha planeado para tu vida. Los que servimos a Dios sabemos que esta entrega Dios la toma muy enserio y hace de niños como lo eras tú, siervos fieles que servirán en su vida bajo el llamado de Dios. Nunca midas la eficacia de tu servicio por números, alabanzas de hombres, ni éxitos, mide la eficacia de tu servicio por tu fidelidad, donde Dios te ponga mantente fiel allí, no importa lo que los demás digan, permanece y espera el fruto, este llegará a su tiempo.

No cambies tu llamado por nada ni por nadie, recuerda que vendrán situaciones en las que deberás decidir entre tu llamado, ni por todo el oro del mundo. Quien ha sido llamado por Dios, encuentra su sentido en la vida en cumplir para lo cual ha sido llamado, nadie podrá darte lo que Dios te puede dar. Sigue una meta concreta, sirve de forma orientada cuando tomes un camino el cual Dios te muestre no lo abandones al menos que Dios te lo pida. Verás a otros que seguirán su camino y aunque este te parezca interesante y una buena oportunidad no te desorientes de lo que tú vas siguiendo. Cuando decidas unirte a la esposa que Dios te haya escogido para ti recuerda bien ella debe saber tus prioridades en cuanto a tu llamado y no le escondas nunca lo importante que es el ministerio en tu vida.

Ayúdala a entender que tú la amas y que tu amor por Dios no es una competencia para ella sino que juntos puedan amar a Dios por sobre toda las cosas y servirle siempre. Debes ser un buen sacerdote de tu hogar. Cuando te equivoques en la vida recuerda que no todo está perdido, comienza de nuevo tantas veces como sea necesario. Busca el perdón de Dios como primer paso, no dejes que esto te entristezca y luego comienza de nuevo.No trates de agradar a los hombres porque eso nunca lo lograrás, cuida de agradar a Dios y eso te dará satisfacción. Recuerda siempre hijo mío que te amo tal cual eres. ¡Hijo mío cuantas cosas más quisiera decirte!

Finalmente quiero que sepas que siempre estaré para escucharte, no importa lo que pase, dímelo, yo trataré de ayudarte en todo lo que pueda. Voy a terminar estas líneas con la bendición sacerdotal que tú escuchaste miles de veces cuando la leía a la iglesia cada domingo pero hoy la digo para ti. Así como Dios mando a Moisés para bendecir a su pueblo, yo obedezco este mandato bendiciéndote a ti hijo mío. ¡Esta bendición es muy poderosa! 

“El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz.” Números 6:24-26

Con amor tu padre Jose Luis Malnis
El Pastor


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