A veces, asistir a la iglesia puede tornarse una cuestión de sólo cumplir la obligación de un domingo más.  
Para los creyentes de la iglesia primitiva (Hechos 2:41-47), reunirse con los creyentes era motivo de entusiasmo. Eso ocurría porque la iglesia recién comenzaba y todos eran creyentes nuevos y entusiastas. Pero ¿y nosotros? ¿Qué podemos hacer para que cada domingo sea especial? 

Algunas sugerencias:

1. Ir anticipando el encuentro con Dios. Aunque Él está con nosotros siempre (Hebreos 13:5), Su presencia es especial cuando nos reunimos con otros que lo conocen (Mateo 18:20; Santiago 4:8). Llévale tus alabanzas y tus cargas.

2. Ir para aprender de Dios. Quizá no aprendemos nada nuevo en la semana, o posiblemente escuchamos un solo día cuando estamos allí en la iglesia, pero siempre podemos aprender y ser estimulados por las verdades de la Palabra de Dios (Salmo 119:105) cada domingo. Busque escuchar Su voz.

3. Ir para tener comunión con otros. En esta travesía cristiana, nos necesitamos mutuamente. Anima a los demás, desafíalos en la fe y ora por ellos (Hebreos 10:24-25).

 Deberíamos orar siempre: "Señor, renueva nuestro entusiasmo para ir a la iglesia; que no sea sólo un domingo más". – 


extraído de www.bbnradio.org

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