En su libro, A Quest for vitaly in religion ("La búsqueda de vitalidad en la religión"), 
Finley Edge subraya una diferencia bastante obvia entre lo que él denomina "trabajo eclesiástico" y "la obra de la iglesia". El define el trabajo eclesiástico en términos de las cosas rutinarias que ocupan nuestro tiempo y energías para mantener la iglesia y sus programas. Eso incluye el asistir a reuniones de comités, para preparar el boletín de la iglesia, depositar las ofrendas en el banco, y otros quehaceres. Aun cuando todas estas tareas son importantes, ellas no reflejan aquello para lo cual existe la iglesia. De igual manera, el doctor Edge define la obra de la iglesia como ser y llevar a cabo en la comunidad lo que Jesús haría si él estuviera presente ahí físicamente. Según  él, este es el verdadero propósito de la iglesia y la razón de su existencia.

Además el el doctor Edge subraya el hecho de que cuando las iglesias crecen en tamaño y años, tienden a preocuparse con el trabajo eclesiástico y a estar menos comprometidos con al verdadera obra de la iglesia. Las iglesias tienden a preocuparse más por mantener sus programas, organizaciones y edificios, y se involucran menos en testificar, en las misiones y otros ministerios. ¡Que triste acusación contra nuestras iglesias de nuestro día! ¿Dónde, entonces, se encuentran estos muchos campos que "ya están blancos para la siega"? ¿Cómo lo podemos hacer?

Extraído de. Manual para plantar iglesias -  Larry L. Lewis

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