Domingo en la mañana, 5 de mayo, prediqué en Santa Ana y me pidieron que nunca más volviera. El domingo siguiente, 12 de mayo prediqué en San Judas. Tampoco podré regresar a esa iglesia. Domingo por la noche, 12 de mayo, prediqué en San Jorge, y de nuevo me echaron. Domingo en la mañana, 19 de mayo, prediqué en Santo Tomás. Los diáconos convocaron a una reunión especial y me dijeron que no podría regresar a su iglesia. Domingo por la noche, 19 de mayo, prediqué en una pradera, y tuve que salir corriendo porque soltaron a un toro durante el culto. Domingo, 2 de junio, prediqué en las afueras del pueblo, y me echaron del camino. Domingo por la noche, 2 de junio, culto vespertino, prediqué sobre el pasto. Diez mil personas acudieron a escuchar el evangelio.
Jhon Wesley